Sunday, February 08, 2009

MISAS INSALUBRES

EL PELIGRO DE LAS HOSTIAS



Reconozco que soy algo aprehensivo, por eso tomo las máximas precauciones que me permite la convivencia diaria.
Dejé de comulgar cuando el doctor Morales le recomendó a tía Neria que evitara las harinas por la diabetes. A ver si el Vaticano, me dije, se ocuparía de pagarme el día de mañana la fenformina que deberé recibir “quo at vital” para controlar los azúcares, como sucede con la pobre tía Neria que de tanto ir a misas y comulgar harinas, terminó diabética. Además don Honorio siempre contaba que cierta secta de fundamentalistas islámicos había saboteado la sacristía de la catedral para impregnar las hostias con sucedáneos opiáceos que terminaron provocando una especie de catalepsia en los fieles. Uno nunca sabe lo que puede contener un inocente alimento espiritual hecho de materia, siempre propensa a las impurezas y los vicios.

Alejandro Maciel, 2009